sábado, 23 de febrero de 2019

LEANDRO DIAZ

LEANDRO DÍAZ DUARTE: ¡EL INVIDENTE GENIAL QUE TODO LO VEÍA!


 Por: Ramiro Elías Álvarez Mercado
“En la casa de Alto Pino se oyó por primera vez el leve llanto de un niño que acababa de nacer”
Un día 20 en el mes de febrero del año 1928, un niño invidente llegó al hogar conformado por Abel Duarte y María Ignacia Díaz, en un lugar denominado “Alto del Pino”, jurisdicción del Municipio de Barrancas (Guajira), al cual se le bautizó con el nombre de Leandro, llevando por delante el apellido de su Madre.
Ninguna de las personas que le conocieron a temprana edad, le auguraban un buen futuro, dada su limitación visual. No obstante ello, el destino le tenía deparadas cosas muy grandes, que solo con el correr de los años, se habrían de enterar quienes desde pequeño le conocieron. Quizás no comprendieron, que aquello de lo cual carecía (visión), le sería compensada de otra manera: una gran agudeza auditiva de tal manera que todo lo que ocurría en derredor por él era percibido, dando con ello vuelo a su imaginación.
Como era de esperarse, sus primeros años de vida transcurrieron en el campo rodeado de la naturaleza, la fragancia de flores y árboles, el canto de las aves, el correr de las aguas, las gallinas brincando y el mugir de toros y vacas. Toda esa constelación de múltiples y variados sonidos, fueron desarrollando en él, una cosmovisión muy particular, un mundo mágico y surrealista, que soñaba dar a conocer.
 Ese mundo en que se sumergía diariamente, le fue dando motivos para que se pudiera inspirar, de modo que más tarde se habrían de traducir en cantos muy originales, producto de sus vivencias y  una sensibilidad extraordinaria que fue desarrollando, cada vez mayor.
Puede afirmarse, sin duda alguna, que Leandro se convirtió en un cronista muy agudo de la realidad que lo circundaba, pues a todo el que le visitaba le solía preguntar por múltiples cosas, motivo por el cual mantenía enterado de los sucesos ocurridos en su región. Y ni que hablar de las damas, que empezó a tratar, con dulzura y encanto, fueron fuente de gran inspiración, aunque siempre se dolió así mismo de sus penas, porque muchas veces se sintió muy solo, tal como lo expresó en su célebre canción: “A mí no me consuela nadie”
Muy a pesar suyo, de no haber tenido una formación académica, fue todo un visionario de los problemas que padecía nuestra sociedad, motivo este que lo condujo a expresarse con cierta rebeldía, ante hechos que no consentía o no eran de su agrado.  También se manifestó en otras áreas de la cotidianidad fueran estos de carácter amoroso, social, político o económico.
Peleó con todo y contra todos, manteniendo un dialogo permanente con la vida, la muerte, el amor, el desamor, método a través del cual lidió con sus versos certeros cargados de melodía y textos pletóricos de filosofía, poesía y pedagogía. Además de lo anterior, fue un auténtico Rey de la metáfora, pues con una precisión asombrosa, creó expresiones idiomáticas no comunes que causaban admiración, como fue el caso de su célebre canción titulada “La Diosa Coronada”, a quien Gabriel García Márquez denominó el mejor de los cantos Vallenatos.
La influencia del maestro Leandro Díaz en los cantos vallenatos, está entre el romanticismo clásico de una riqueza melódica, fuerza en la composición, al igual que su precisión idiomática y un grafismo verdaderamente asombroso.
Tuvo un sentido práctico de la vida, vivió intensamente su mundo interior, mientras que otros esperaban la luz eléctrica o solar, él siempre se conformó con la iluminación espiritual y una luz interna con mucha fuerza que lo hizo salir de su mundo de tinieblas.
Leandro Díaz tuvo la particularidad de convertir el sufrimiento en un crisol, con lo cual templó su condición poética y el talento que el Supremo Creador le concedió. Muchas de sus canciones nacieron en esos momentos en los que el deseo se desbordaba y el amor parecía ser lo único que contaba. Por esa razón su música constituye un retrato o el vivo reflejo de sus experiencias personales y del deseo de amar.
Hablar del Maestro Leandro Díaz, es hacer referencia a un hombre con una inteligencia increíble, la cual era muy común sentirla al escuchar sus frases muy originales, esencia de unos verdaderos pensamientos filosóficos, tales como los siguientes:
“Mientras más lento se piensa, más rápido se triunfa”
“Si las mujeres no existieran el corazón de los hombres no tuviera oficio”
“Yo no soy compositor, soy un pensador que le pone melodía a los pensamientos”
“A las mujeres siempre las he exaltado, hasta cuando me pagaban mal”
“Dios no me puso ojos en la cara, porque se demoró poniéndomelos en el alma”.
Rodeado del amor y la amistad de miles de hombres y damas que admiraron su valioso legado poético – musical, partió de este mundo el día 22 de Junio del 2013 en la ciudad de Valledupar.
Cuando hablo del maestro Leandro Díaz me embarga una gran tristeza y por eso decidí traer a colación una frase del profesor Jairo Soto Hernández:
“Nada es más triste que un recuerdo feliz”. Leandro Díaz





Recordando a Leandro Díaz, el compositor que veía con los ojos del alma


Uno de los más refinados y legendarios referentes de la canción vallenata, por la fértil imaginación y finos versos del autor, lo es sin duda Leandro Díaz, “el compositor que veía con los ojos del alma”.
Y es Leandro Díaz, el personaje de hoy, en las habituales Crónicas Musicales del profesor Jairo Soto Hernández para VL NOTICIAS y para extranoticias.com.co, en un trabajo que nos presentará apartes de su vida, con anécdotas vivas de ese gran maestro del folclor vallenato.
Soto Hernández trae en esta ocasión recuerdos del gran compositor, convertidos en anécdotas que muestran además el gran sentido del humor de Leandro Díaz, a quien la vida le permitió ver mucho más allá que a muchos de los que pueden ver la luz del día.
Reproductor de audio

sábado, 24 de noviembre de 2018

Pablo Lopez

PABLO LOPEZ EL CAJERO DE TODOS LOS TIEMPOS
por Antonio Daza Orozco
 EL BAUTIZO
Su nacimiento (1935) y sus primeros pininos los dio en la casa de sus padres, en La Paz, acompañados por las notas  de su papa y su tío y de todos los acordeoneros errabundos  que obligados pasaban por allá
En algún rincón de la casa quedaba muchas veces recostado un acordeón que era el juguete que más divertía a Pablo Agustín, cada vez que la  jalaba uno sus melódicos sonidos iluminaban sus ojos y una sonrisa llenaba su carita. Así fue como a la edad de 6 añitos (1941) tocaba los sones más conocidos en la provincia. Pero una tarde  viendo la maestría de su tío Juan López  con la Caja (Juan  fue uno de los mejores acordeoneros que ha tenido el vallenato, pero aquellos que lo vieron tocar la caja  lo catalogan entre los mejores),   se decidió por esta  y le dejo el acordeón a Miguel.
A Villanueva llegó para estudiar en el famoso colegio Santo Tomas, de Rafael Antonio Amaya, y en unas de las salidas del internado escuchó notas de acordeón  y se acercó, asomándose a la ventana para mirar quien tocaba,  lo divisó Emiliano Zuleta Baquero que acompañado de Escolástico Romero parrandeaba en una casa del Arroyito (barrio villanuevero), El viejo Mile, a quien el papa de Pablo se lo había recomendado, a verlo lo cogió de la mano lo invito a la sala, le pasó la Caja y le dijo acompáñeme como usted sabe;  un merengue entonó Emiliano y la caja,  en las manos de Pablito,  se escuchó en todo Villanueva.
 Escolástico se paró y preguntó emocionado ¿y este quién es?
Y Mile no demoró en responder:   Es el hijo de Pablo López y Agustina, el mejor cajero que vamos a tener en esta región y en muchas más.
¿Qué vamos a tener? que tenemos… riposto Escolástico
Sin querer estos grandes de la música vallenata habían  BAUTIZADO  y a la vez pronosticado la “carrera” del rey de los cajeros
LA  CONFIRMACION
Su carrera de estudiante debía seguir en Bogotá, donde su padre quería que se volviera Doctor, llegó en el 54, cuando la música vallenata profanaba el suelo bogotano en las manos de varios provincianos que buscaban calentar el frio ambiente capitalino con notas de acordeón, caja y guacharaca. Entre los quijotes provincianos contamos al Víctor Soto (nacido en Cañaveral, Guajira), y Pedro García (Atánquez, Cesar) quienes convidaron a Pablo a tocar con ellos. En una
Pablo tocaba “mochitos”  de caja en las parrandas de su pueblo La Paz y cuando llegó a Bogotá,  era muy  joven y desconocido (19 años), pero Víctor Soto (acordeonero urumitero) que ya vivía en Capital y luchaba con otros provincianos para gozar de las cosas de su tierra en ese mundo diferenteque era la  Bogotá de 1954, lo oyó tocar un día cualquiera y dijo este muchacho  tiene potencial, es un diamante en bruto y lo invitaba a todas las fiestas y parrandas, donde el cantante y guacharaquero eran Pedro García, como aquella en la casa de los Basanta (los papas de Totó la Momposina) donde Víctor presento a Pablo como nuevo cajero del grupo y  Libia  de Basanta que le gustaba las apuestas vio la oportunidad de ganarse unos “chavitos” fácilmente y propuso lo siguiente: “bueno si el muchacho es tan bueno como lo presenta Víctorenfrentémoselo a Dani” (Daniel Basanta, su esposo, que era un veterano de la caja y los tambores) “y que el duelo tenga una base de $1.000,00” todos se miraron, sobre todo Víctor Pedro y Pablo; los que estaban con Basanta eran mas y recogieron rápidamente los mil pesos, los de Pablo eran tres y  alcanzaron los 600 pesos, así: Víctor $300, Pablo y Pedro de $150 cada uno (era la mesada  que le mandaban a los dos), exponiéndose  a pasar un mes de hambre y frio, faltaban $400, cuando llegó Asprilla, un personaje de la época y que ya había visto tocar a Pablito, y cuando le contaron de la apuesta, preguntó ¿Cuánto le falta al muchacho?  Y puso los $400. Empezó el pique con el paseo y Basanta hizo unos rebrujes con sabor a rio, bajeros, mientras Pablo sentó la palma de la mano en la mitad del cuero y su rutina hizo fruncir las cejas de los partidarios del contrincante. La señora Libia se apresuro a decir “empate, vamos para el merengue”  y ahí fue “Troya”, Pablo asentó sus mejores golpes  y Basanta solo atino a llevar el ritmo, Pedro empezó a  bailar en un solo pie, mientras Víctor sonreía. Libia de Basanta, que no se lo creía, dijo: “vamos para el son que ese es el fuerte  de Daniel”, pero Daniel se paró, la miro a la cara y le dijo: “Libia no hay peor ciego que el que no quiere ver, a este pelao no se lo gana nadie. Ese día fue la CONFIRMACIÓN   de Pablo Agustín  López Gutiérrez como el mejor cajero del mundo. De ahí en adelante todo fue triunfos y aplausos, en la media torta y teatros de Bogotá, en el Festival Vallenato, en el festival de la cultura de Moscú, en las olimpiadas mexicanas de 1968 a lado de Alejandro Duran…  en todas partes....

martes, 18 de julio de 2017

JUANCHO POLO VALENCIA

JUANCHO POLO VALENCIA
AUTENTICO JUGLAR DEL MAGDALENA.


BIOGRAFÍA DE JUANCHO POLO VALENCIA: Nació en el corregimiento de Candelaria, más conocido como “Caimán”, en el municipio Cerro San Antonio, el 18 de Diciembre de 1922, en el hogar conformado por Juan Polo Meriño y María del Rosario Cervantes Berdugo, matrimonio que además tuvo otra hija de nombre María Polo Cervantes. María Polo Cervantes, es la madre del conjunto vallenato de Santa Rosa de Lima Magdalena, “Los Hermanos Polo”, hijos de María Polo, que tuvieron vigencia musical hasta la década del ochenta.
Su nombre verdadero es Juan Manuel Polo Cervantes. El apellido Valencia lo adoptó del poeta Guillermo Valencia, por ser un admirador de sus versos, poesía que recitaba en sus parrandas, no fue ningún analfabeta.
Murió en Fundación el 22 de Julio de 1978, sus restos mortales reposan en el cementerio Santa Rosa de Lima, de esa población. Su muerte fue casi imperceptible. Uno de sus nietos fue a llevarle el café tinto mañanero, y Juancho Polo Valencia no respondió al llamado. Estaba profundamente quieto en la hamaca donde se había echado a dormir luego de tocar, la noche anterior, en las fiestas patronales del vecino municipio de Aracataca.
Su papá le enseñó a tocar la flauta de gaita, pero Juancho Polo, terminó inclinándose por el acordeón, que comenzó a ejecutar primero de oídas, aunque cierto tiempo hizo parte de los gaiteros de su pueblo. Los inicios de Juancho Polo en el acordeón datan del año 1936, cuando acompañaba esporádicamente a su amigo Ángel María, un acordeonero de origen sabanero que lo metió al oficio. De su tío Pedro “Pello” Polo, también tomó algunas clases, pero solo bajo la influencia del maestro Pacho Rada emprendió la consagración como ejecutante del acordeón de manera profesional. De origen campesino tocó el acordeón de puro oído, siendo un intérprete diferente a los demás acordeonistas, ya que su estilo no tiene imitadores, es un estilo único y original.
Su compadre Víctor Moreno, un peluquero cuya afición por el vallenato lo había llevado a acompañar a Juancho Polo en muchas parrandas a lo largo y ancho de la Costa, fue quien lo llevó a Barranquilla para que hiciera sus primeras grabaciones. Junto con el promotor de música Isaac Villanueva, lo llevaron casi a la fuerza a los estudios de Discos Tropical. En el año de 1966 grabó para Discos Fuentes las siguientes canciones: “Lucero Espiritual”, “Me Robaron el Sombrero”, “Sío Sío”, “El Duende”, “Niña Mane”, “Vení Vení”. En el año de1971 grabó: “Alicia Adorada”, “Si Si Si”, “El Provincianito”, “El Carro Ford”, “La Democracia”. Otras de sus canciones famosas son: “El Pájaro Carpintero”, “Casa Grande”, “Josefina”, “Mi Sombrero Blanco”.
La fama de Juancho Polo Valencia resurgió gracias a la polémica desatada en 1968, en el primer festival de la leyenda vallenata, cuando el rey Alejo Duran desempolvó el tema Alicia Adorada, que Alejo había grabado en 1950 como de su autoría, sabiendo que el verdadero autor era Juancho Polo. Alejo Duran ante las críticas y disgusto de Juancho Polo, rectificó lo sucedido convirtiéndose esta canción en un éxito.
La fama le llegó a la par con la vejez, caracterizándose por ser un hombre de peleas y desordenado con el licor; en muchas ocasiones retó con su música a los provincianos del Cesar y la Guajira, pero nunca le respondieron. Fue un gran verseador que correteaba a sus colegas de las parrandas, como le ocurrió al rey Alejo Duran en la finca de los Andrade en Fundación. Al decir de Abel Antonio Villa, en su época Juancho Polo se adelantó con su canto y estilo a las demás generaciones. Fue un compositor nato solo interpretaba y grababa canciones de su autoría. El sombrero y las abarcas tres puntá, eran parte del atuendo del célebre maestro.
Su primera mujer Alicia Cantillo, natural de Concordia, murió de parto en la población Flores de María, mientras Juancho Polo tocaba una parranda en Pivijay. La muerte de su mujer le inspiró la famosa canción “Alicia Adorada”. Esa muerte de Alicia trastornó por completo la vida de Juancho Polo, a partir de entonces se dedica al trago y le importa su forma de andar. Su otra Alicia, fue Alicia María Hernández Páez, con quien contrajo matrimonio en la Parroquia de Cerro San Antonio Magdalena, un 29 de diciembre. Alicia María Hernández Páez, es la madre de Sebastián "Chan" Polo Hernández, heredero de los secretos musicales de Juancho Polo Valencia y de Rosa Polo Hernández. 
La muerte de Juancho Polo, se recibió como una de las tantas anécdotas creada por él. El 16 de Julio amenizó las fiestas de la Virgen del Carmen en Aracataca, a los pocos días lo sorprende la muerte, como todo el mundo había previsto: En la miseria absoluta, en la soledad, al lado de una botella de ron, sin dientes y sin muelas, pero eso si con su sombrero y su acordeón.

Alicia María Hernández Páez (nacida 1924).
A sus 93 años en Flores de María.
La otra Alicia de Juancho Polo Valencia.

HIJOS DE JUANCHO POLO VALENCIA: Con su inolvidable Alicia Cantillo Mendoza, no tuvo hijos; luego se casó Juancho Polo Valencia, con Alicia María Hernández Páez, oriunda de "Caimán" (su segunda mujer), un diciembre en la capilla del municipio Cerro San Antonio Magdalena. Con ella tuvo dos hijos: Sebastián “Chan” y Rosa María “La Niña Rosa” Polo Hernández.
Sebastián “Chan” Polo Hernández, nació un 20 de enero, de 1944 en Flores de María. Fue criado en una finca de sus abuelos Juan Polo Meriño y María del Rosario Cervantes Berdugo, matrimonio este que además del juglar de la música vallenata, tuvo otra hija de nombre María Polo Cervantes. “Chan”, de gran parecido físico a su padre, desde pelao ayudaba a su abuelo en los trabajos de la finca. Se hizo músico tardíamente, a los 35 años; y dirige un conjunto llamado “Los Herederos de Juancho Polo”, con el que toca por pueblos y fiestas familiares. Reside en Barranquilla, en donde por más de 20 años, se ha rebuscado en la Plaza de los Músicos. Su voz es idéntica a la de Juancho Polo y se ha preocupado porque la música de su padre siga viva. 
Rosa María Polo Hernández, la otra hija de Juancho Polo, siempre ha vivido en Fundación Magdalena, acompañando a su madre Alicia Hernández Páez.

Caricatura,
Juan Polo Cervantes.

JUANCHO POLO VALENCIA, PREFIRIÓ EL ACORDEÓN QUE LA FLAUTA DE MILLO: Había nacido en el hogar formado por Juan Manuel Polo Meriño y María del Rosario Cervantes el 18 de diciembre de 1918, en el corregimiento de Candelaria “Caimán”, a pocos minutos de la cabecera municipal del Cerro de San Antonio, uno de los municipios ribereños del Magdalena. Allí, en la parroquia del Santo de Padua, fue bautizado el 14 de febrero de 1919, con el nombre de Juan Manuel. Su papá le enseñó a tocar la flauta de gaita, pero Juancho Polo, terminó inclinándose por un acordeoncito pequeño de dos teclados, también de su padre. Acordeón que empezó a ejecutar primero de oídas, y que años más tarde perfeccionó con las orientaciones del maestro Pacho Rada.

Partida Bautismo
de Juancho Polo.

LOS ESTUDIOS DE JUANCHO POLO: Contrario a lo que siempre se ha dicho, Juancho Polo Valencia, si sabía leer y escribir, prueba de ello es su hermosa firma que quedó registrada. Estudió su primaria en la escuela de Monterrubio, una vereda en ese entonces en la jurisdicción de Fundación. Allí solía lucirse leyendo discursos de inspiración propia en ceremonias cívicas y en secciones solemnes. Al superar la primaria, fue enviado a estudiar a Aracataca, donde alcanzó a cursar primero de bachillerato antes de ceder al llamado de la montaña y de los campos, porque lo que le gustaba era estar en el monte. Fueron sus maestros en Flores de María, Ana Cabas, Josefa Valera y Anaul Moreno.

"Alicia Adorada".
Alicia Cantillo Mendoza.

LAS DOS ALICIA, DE JUANCHO POLO VALENCIA: Flores de María, hoy día corregimiento del municipio de San Ángel Magdalena, donde Juancho Polo Valencia, fue llevado por sus padres pocos días después de su nacimiento en 1918 en Candelaria, "Caimán", municipio Cerro San Antonio Magdalena.
Ellos, buscando tierras nuevas para cultivos, se trasladaron a esa rica región conocida en aquel entonces como "La Montaña". Para la década del cuarenta, Juancho Polo, al que todos llaman “Valencia”, en un viaje realizado a Concordia Magdalena, se enamora de una linda joven de 16 años llamada Alicia Cantillo Mendoza, nacida el 14 de diciembre de 1922. Su amor es tan grande que se la ha robado, contrariando el odio de su madre Felicidad Mendoza, quien siempre consideró a Juancho Polo Valencia, un borracho buena-vida, indigno de su bella hija.
Se la "Sacó", como decían antes, llevándosela a lomo de mula hasta la población de "Caimán", y de aquí a Flores de María. Fue Calixta Alicia Cantillo Mendoza, su primera mujer, quien muriera de parto en Flores de María, a los 20 años de edad. Y fue Calixta Alicia Cantillo Mendoza, la inspiradora de la famosa canción "Alicia Adorada".
Su otra Alicia, fue Alicia María Hernández Páez, con quien contrajo matrimonio en la Parroquia de Cerro San Antonio Magdalena, un 29 de diciembre. Alicia María Hernández Páez, es la madre de Sebastián "Chan" Polo Hernández, heredero de los secretos musicales de Juancho Polo Valencia y de Rosa Polo Hernández.

Leticia Martínez.
LETICIA MARTÍNEZ, LA AMIGA DE “ALICIA ADORADA”: Fue compañera de juegos de Calixta Alicia Cantillo Mendoza, quien inspiró la canción "Alicia Adorada", de Juancho Polo Valencia. Ella recuerda el odio que la madre de Alicia, Felicidad Mendoza, sentía por el acordeonero Juancho Polo Valencia, conocido simplemente como "Valencia".
La atribulada madre le decía: "Maldito de la Verónica". Hasta que "Valencia" se llevó a Alicia, contrariando el odio de Felicidad Mendoza, quien siempre consideró a Juancho Polo Valencia, un borracho buena-vida, indigno de su bella hija

Emilia Ferreira Núñez.

LA PLATEÑA QUE LO INSPIRÓ EN LUCERO ESPIRITUAL: Así relata la historia: “Mi mamá, Teodosia Núñez, le pidió a la señora Edith que me dejara trabajar en su puesto de comidas. No tenía mucho tiempo en esa labor cuando llegó a almorzar un señor flaco, ensombrerado y con una camisa de colorines. No más le llevé la comida a la mesa me preguntó por mi nombre, le dije que me llamaba Emilia y él se presentó como Juancho Polo. No demoró mucho tiempo y comenzó a piropearme”.
Emilia Ferreira Núñez, oriunda de Plato Magdalena, trabajaba en un puesto de comidas a orillas de la vía Valledupar - Bosconia, donde hoy se ubica el corregimiento de Caracolí Cesar. Era entonces una morena gordita de 20 años, cuando Juancho Polo le dedicó la canción ‘Lucero espiritual’, grabada en 1971 en la casa disquera Discos Fuentes.
"No me gustó para nada. La segunda vez que llegó al puesto me le escondí y le pedí a otra de las muchachas que lo atendiera, pero él insistió que fuera porque me estaba haciendo una canción. Así fue, no más llegué comenzó a tocar su acordeón y a cantar, hasta me dijo que yo para él era Emilita”.

Casa de Juancho Polo Valencia
en Flóres de María.

"CASA JUANCHO POLO VALENCIA, EN FLÓRES DE MARÍA": Flores de María, población hoy día corregimiento de San Ángel, donde Juancho Polo, se mudó muy joven con sus padres. Llegaron buscando tierras para cultivos, en ese entonces se llamaba “La Montaña”. Estudió su primaria en la escuela de Monterrubio, hoy día corregimiento de San Ángel. Allí solía lucirse leyendo discursos de inspiración propia en ceremonias cívicas y en secciones solemnes. Por esta razón se conserva en el lugar la “Casa Juancho Polo Valencia” y el festival del mismo nombre.

Monumento a Juancho Polo
en Candelaria o "Caimán" Magdalena.
JUANCHO POLO, EN EL FESTIVAL VALLENATO: Participó en muchos eventos del festival de Valledupar, en algunos no se presentó a la tarima porque estaba borracho. Se recuerda el año 1972, cuando tuvo una frustrada presentación en el Festival de la Leyenda Vallenata, en el que no alcanzó llegar a la final. Ese año sus seguidores protagonizaron una pedrea en el lugar, porque fue descalificado.
Nuevamente se inscribió en 1975, ante la oficina de Turismo del Cesar, entidad que en aquel entonces organizaba el Festival Vallenato, pero como no podía llegar el día, mes y año, sino al día siguiente, les comunicó a los organizadores por medio de un telegrama: “Imposible viajar, sigo esa".
No fue rey vallenato, pero las veces que participó, contagiaba de popularidad a su gente, lo que obligó a las directivas del festival en 1977, declararlo fuera de concurso. Ese año se presentó con las siguientes canciones: “Pájaro Carpintero”, “Alicia Adorada” y “Lucero Espiritual”.

Sebastián Polo,
hijo de Juancho Polo.
JUANCHO POLO EN CONCORDIA: Para la década del cuarenta, Juancho Polo, al que todos llaman “Valencia”, en un viaje realizado a Concordia Magdalena, se enamora de una linda joven de 16 años llamada Alicia Cantillo Mendoza, nacida el 14 de diciembre de 1922. Su amor es tan grande que se la ha robado, contrariando el odio de su madre Felicidad Mendoza, quien siempre consideró a Juancho Polo Valencia, un borracho buena-vida, indigno de su bella hija. Se la "Sacó", como decían antes, llevándosela a lomo de mula hasta la población de "Caimán", y de aquí a Flores de María. Fue Calixta Alicia Cantillo Mendoza, su primera mujer, quien muriera de parto en Flores de María, a los 20 años de edad y fue la inspiradora de la famosa canción "Alicia Adorada". Se casó con Alicia Cantillo Mendoza, natural de Concordia en la parroquia del Cerro San Antonio, la cual murió de parto en la población Flores de María, mientras Juancho Polo tocaba una parranda en Pivijay. Con ella tuvo dos hijos: Sebastián y Rosa María. Esa muerte de Alicia, trastornó por completo la vida de Juancho Polo, a partir de entonces se dedica al trago y le importa su forma de andar.
La fama de Juancho Polo Valencia resurgió gracias a la polémica desatada en 1968, en el primer festival de la leyenda vallenata, cuando el rey Alejo Duran desempolvó el tema “Alicia Adorada”, que Alejo había grabado en 1950 como de su autoría, sabiendo que el verdadero autor era Juancho Polo. Alejo Duran ante las críticas y disgusto de Juancho Polo, rectificó lo sucedido convirtiéndose esta canción en un éxito, llena de sentimiento con el sabor perceptible de la amargura, de la desdicha y la nostalgia. Una de sus canciones éxitos se llama “Paseo en Concordia”:
Estuve paseando en Concordia
estuve paseando en Concordia
muy cerquita del Rosario
pónganle cuidado a los radio
ya Juancho está en la emisora
ya Juancho está en la emisora
pónganle cuidado a los radio.

EN EL RETÉN MAGDALENA, PERDIÓ LA OREJA: Ocurrió en el año 1950 en El Retén Magdalena, cuando un fornido al que llamaban "El Negro", de un mordisco le mochó más de la mitad de la oreja derecha a Juancho Polo Valencia, en una pelea callejera que nunca se supo los motivos.
Fueron minutos angustiosos en que Juancho Polo, duró agachado en medio de la calle, cubriéndose con la mano el lado derecho de la cabeza mientras aparecían las personas que lo llevaron al puesto de salud.
"El Negro", al verlo abatido en el piso se apartó asustado, tomó el acordeón y echó a correr, pero no alcanzó a huir. El instrumento fue recuperado por los amigos del músico, no así el pedazo de oreja. "El Negro", como que se la tragó.

Tumba de Alicia Cantillo Mendoza,
en Flores de María Magdalena.
JUANCHO POLO EN CANOAS MAGDALENA: En la Finca El Amparo, corregimiento Canoa, municipio de Pivijay Magdalena, Juancho Polo Valencia trabajaba como corralero; para esa época su “Alicia Adorada”, había muerto en la población Flores de María, ubicada a 4 kilómetros de la finca de Andrés Villa Bocanegra, lugar donde vivía. Su patrón amante de sus cantos le regaló su primer acordeón profesional, el cual subido en las barandas del corral tocaba por las noches. Allí en esa finca se inspiró en muchas canciones que son historias en el folclor vallenato. En el municipio de Pivijay, hubo una época que se volvió loco, fue cuando el ganadero Alfonso Severini, se lo llevó para su finca Nueva Esperanza, sitio donde se rehabilitó.

Firma de Juancho Polo.
JUANCHO POLO EN EL PALOTAL MAGDALENA: Hubo en el municipio de El Piñón Magdalena, dos palotales: Palotal Afuera, y Palotal Adentro. Ubicados cerca de Caño Ciego, y cerca de Cantagallar. Dos poblaciones donde predominaba el cultivo de arroz. Oriundo del antiguo caserío piñonero llamado El Palotal, era Miguel Antonio Palmera Ortega, que se casó con Francisca Meriño Fontalvo nativa de Candelaria “Caimán”, municipio Cerro San Antonio Magdalena.
En la finca del matrimonio de Miguel Antonio Palmera Ortega, con María Francisca Meriño, parrandeaba el juglar vallenato Juancho Polo Valencia, ya que su padre Juan Polo Meriño, era pariente de María Francisca Meriño Fontalvo.
El Palotal Afuera, fue un pueblo que desapareció con la creciente de 1916; creciente que decían fue la más grande de la historia, solo superada por la creciente del año 2010. 


JUANCHO POLO Y VÍCTOR MORENO: Su compadre Víctor Moreno, un peluquero cuya afición por el vallenato lo había llevado a acompañar a Juancho Polo en muchas parrandas a lo largo y ancho de la Costa, fue quien lo llevó a Barranquilla para que hiciera sus primeras grabaciones. Junto con el promotor de música Isaac Villanueva, lo llevaron casi a la fuerza a los estudios de Discos Tropical. Aquel arribo a Barranquilla representó la llegada del juglar al acetato, primero, con Discos Tropical y luego con Producciones Machuca, casas disqueras con las cuales alcanzó a grabar los discos que hoy se le conocen.
Víctor Moreno, su guacharaquero de muchos años y quien murió ciego en el barrio San Isidro, de Barranquilla a finales del siglo XX, es compositor de las siguientes canciones grabadas por Juancho Polo: “Sio, Sio” o “La Gallina de Ramona”, “Angélica María”, entre otras. 

Antonio Morón.
“EL JUANCHOPOLÓLOGO”: Personaje de Cerro San Antonio Magdalena, es Antonio Morón, apodado “El Juanchopolólogo”, ya que posee todos los discos del artista. Además, posee documentos como la partida de bautizo de Juancho y Alicia.

CANCIÓN INÉDITA DE PACHO RADA, DEDICADA A JUANCHO POLO:Dedicada a la muerte de Juancho Polo Valencia, de igual manera dedicada a las esposas de Abel Antonio, Pacho Rada y Luis Enrique Martínez.
“Quedaron tristes las fiestas.
Con la retirá de Juancho
No más quedamos los cuatro
alistando las maletas.
Y si en el cielo hacen fiestas
allí nos vemos con Juancho.
Primero se fue Alicia
la mujé de Juancho la acompaña,
y quedó Débora Caña
Manuela Oviedo y Rosita.
Y quedan las tres solitas,
luchando se acompañan“.

José Blanco De La Cruz.

JOSÉ BLANCO DE LA CRUZ, EL CAJERO DE JUANCHO POLO VALENCIA: José Blanco De La Cruz (eterno cajero del juglar vallenato Juancho Polo Valencia), nacido en Candelaria “Caimán”, corregimiento de Cerro San Antonio Magdalena el 1 de noviembre del año 1912, aún vive en la tierra que lo vio nacer con 104 años de edad, año 2016.

AUTOR
RAÚL OSPINO RANGEL